“…Este pequeño ser del Tiempo, esta sombra de alma

este viviente figurín enano del oscurecido espíritu

emergerá fuera del tráfico de sus minúsculos sueños.

Su forma de persona y su faz de ego

se despojarán de este mortal disfraz grotesco,

cual trol de arcilla que se remodela en un dios

será construido de nuevo a la imagen del Huésped eterno

será atraído al pecho de una blanca Fuerza

y, llameante con el toque paradisíaco

de un fuego rosado de dulce gracia espiritual,

en la roja pasión de su cambio infinito

temblará, consciente, y se estremecerá con el éxtasis…”