OTROS ESCRITOS

Labor de un Dios. Poema de Sri Aurobindo.

He reunido mis sueños en un aire de plata

entre el oro y el azur

y los he envuelto suavemente y los he dejado allí,

mis sueños enjoyados de ti.

Había tenido la esperanza de erigir un puente arco iris

que uniera el cielo y la tierra

y sembrar en este planeta enano danzante

los aires del infinito.

Mas nuestros sueños eran demasiado radiantes y lejanos

demasiado frágil su etérea sustancia;

nuestra luz demasiado súbita y espléndida no pudo mantenerse;

las raíces no eran lo bastante profundas.

El que ha de traer los cielos aquí

debe él mismo bajar hasta la arcilla,

la carga de natura terrena llevar

y seguir la dolorosa vía.

Constriñendo mi divinidad he descendido

a esta sórdida tierra,

ignorante, esforzado, convertido en humano

entre las puertas del nacimiento y de la muerte.

He cavado profundo mucho tiempo

en medio de un horror de inmundicia y lodo

un lecho para la canción de un río de oro,

una morada para el fuego inmortal.

En la noche de la Materia he penado y laborado

para traer el fuego al hombre;

pero el odio del infierno y la malicia humana

son mi recompensa desde que el mundo ha comenzado.

Porque la mente del hombre es víctima de su yo animal;

con la esperanza de vencer sus apetitos,

alberga en su interior un Elfo monstruoso

enamorado del dolor y del pecado.

Al Elfo gris le repugna la llama celeste

y todas las cosas felices y puras;

solo por placer y pasión y sufrimiento

su drama puede durar.

Todo alrededor es oscuridad y discordia;

pues las luces que los hombres llaman soles

no son más que destellos incipientes sobre esta incierta vida

proyectados por los inmortales.

El hombre enciende sus pequeñas antorchas de esperanza

que conducen a una orilla que se hunde;

un fragmento de la Verdad es su horizonte más vasto,

un albergue su peregrinaje.

Temen y niegan los humanos la Verdad de las verdades,

rehúsan la Luz de las luces;

a dioses ignorantes eleven su plegaria

o de un demonio erigen el altar.

Todo lo que se había hallado debe buscarse otra vez,

cada enemigo abatido renace,

la batalla se libra y relibra sin fin

a través de un horizonte de vidas estériles.

Mis heridas abiertas son más de cien mil

y los reyes de los Titanes me asaltan,

pero no podré descansar hasta que mi misión esté cumplida

y ejecutada la Voluntad eterna.

¡Cómo se mofan y ríen los diablos y los hombres!

“Tu esperanza es la testa de la Quimera

que pinta el cielo con su tinte de fuego;

sucumbirás y tu obra se extinguirá”.

“¿Quién eres tu que hablas de bienestar celestial

y de gozo y de espacios áureos

a nosotros, huérfanos abandonados sobre inconscientes mares

y al férreo sino de la vida encadenados?”

“Esta es nuestra tierra, un ámbito de la Noche

para nuestros nimios fuegos fluctuantes.

¿Cómo podría ella tolerar la sagrada Luz

o soportar los deseos de un dios?”

“¡Vamos, acabemos con él, pongamos fin a su intento!

Nuestros corazones entonces serán liberados

de la carga y la llamada de su gloria y de su fuerza

y del freno de su blanca y vasta paz”

Pero el dios está aquí en mi pecho mortal

en lucha contra el error y el hado,

abriendo un camino a través de la escoria y el cieno

para el inefable Inmaculado.

Una voz exclamó:”¡Ve adonde nadie ha ido!

Cava más hondo, más hondo todavía

hasta que llegues a la piedra angular siniestra

y llames a la puerta-sin-llave”.

Yo vi la falsedad profundamente implantada

en la raíz misma de las cosas

donde la Esfinge gris custodia el sueño enigmático de Dios

sobre las alas extendidas del Dragón.

Abandoné los dioses superficiales de la mente

y los mares insatisfechos de la vida

y me sumergí a través de los ciegos senderos del cuerpo

en los misterios abismales.

He excavado el corazón formidable de la Tierra muda

y oído la campana de su misa negra.

He visto la fuente de donde sus agonías surgen

y la razón secreta del infierno.

Encima de mi suenan plañideros los susurros del dragón

y revolotean las voces de los duendes;

he penetrado en el Vacío donde nació el Pensamiento,

he andado por el pozo sin fondo.

Mis pies han hollado un tramo desesperado

armados de una inmensa paz,

portando los rayos del esplendor de Dios

al abismo humano.

El, que soy yo, estaba todavía conmigo;

todos los velos ahora se rasgan.

He oído Su voz y asumido Su voluntad

en mi vasta frente impasible.

La laguna entre los abismos y las alturas se ha cubierto

y las áureas aguas se derraman

por la montaña-zafiro coronada de arco iris

y centellean de una a otra orilla.

El fuego del cielo ha prendido en al seno de la tierra

y arden aquí los soles inmortales;

por una grieta prodigiosa en las fronteras del nacimiento

los espíritus encarnados aspiran

cual llamas a los reinos de la Ventura y la Verdad:

bajando por una escalera rojo-áurea

los radiantes hijos del paraíso van

proclamando el fin de las tinieblas.

Un poco más y las puertas de la vida nueva

serán talladas en luz de plata

con su dorada bóveda y sus suelos de mosaico

en un mundo vasto, desnudo y resplandeciente.

Dejaré mis sueños en su aire de plata,

porque bajo un ropaje de oro y azur

se moverá sobre la tierra, encarnada y pura,

la verdad viviente de ti.

Sri Aurobindo 1935-36 en «Poemas de Sri Aurobindo». Edición bilingüe. Fundación Centro Sri Aurobindo. Barcelona.

Cartas sobre el Yoga

«La concepción del Divino en tanto que Poder exterior omnipotente que ha «creado» el mundo y lo gobierna como monarca absoluto y arbitrario, no ha sido jamás la mía; contradice demasiado mi visión y mi experiencia desde hace treinta años de sadhana. Contra esa concepción se levanta la objeción atea -pero el ateísmo en Europa ha sido una reacción poco profunda y sobre todo infantil con sus nociones populares insuficientes y burdamente dogmáticas-. Pero cuando yo hablo de la Voluntad divina, lo entiendo como algo diferente: algo que ha descendido aquí a un mundo de ignorancia en evolución, y que se mantiene detrás de las cosas, ejerciendo presión sobre la Oscuridad con su Luz, conduciendo las cosas hacia lo mejor posible para ese momento, en las condiciones de un mundo de ignorancia, y finalmente preparándolas al descenso de un poder divino mayor, que no será una omnipotencia atenuada y condicionada por las leyes del mundo tal y como es, sino en plena acción y que, por lo tanto, traerá el reino de la luz, de la paz, de la armonía, de la alegría, del amor, de la belleza y de la Ananda, puesto que tal es la naturaleza divina. La gracia divina está aquí, dispuesta a actuar a cada instante, pero se manifiesta a medida que crecemos y pasamos de la Ley de la Ignorancia a la Ley de la Luz, y no actúa como un capricho arbitrario, por muy milagrosa que parezca según la intervención, sino como una ayuda para ese crecimiento y una Luz que conduce y finalmente libera.. Si tomamos los hechos del mundo tal y como son y los hechos de la experiencia espiritual- y ni los unos ni los otros pueden ser negados ni descuidados-, no veo que otro Divino puede haber. este Divino puede con frecuencia conducirnos a través de la oscuridad, porque la oscuridad está aquí en nosotros y a nuestro alrededor, pero El conduce hacia la Luz y hacia ninguna otra cosa.»

Sri Aurobindo. Cartas sobre el Yoga, XXII.174 en Agenda de Madre, tomo 11. p319

Pensamientos y aforismos

Pensamientos y aforismos

Sé vasto en mi ¡oh Varuna!; sé poderoso en mi ¡oh Indra!; ¡oh Sol! sé muy radiante y luminoso; ¡oh Luna! sé llena de encanto y de dulzura. Sé feroz y terrible ¡oh Rudra!; sé impetuoso y veloz ¡oh Marut!; sé fuerte y valiente ¡oh Aryama!; sé voluptuoso y agradable ¡oh Bhaga!; sé dulce y amable, amante y apasionado ¡oh Mitra!; sé resplandeciente y reveladora ¡oh Aurora!; ¡oh Noche! sé solemne y fecunda. ¡O Vida! sé plena, dispuesta y alegre; ¡oh Muerte, conduce mis pasos de morada en morada. Armonízalos a todos, ¡oh Brahmanaspati! No me dejes sometido a estos dioses ¡oh Kali!

Sri Aurobindo “Pensamientos y aforismos” (p18)

Lo sobrenatural es la naturaleza de aquello que todavía no hemos alcanzado o que no conocemos, o aquello cuyo sistema aun no dominamos. El gusto universal por el milagro es el signo de que el ascenso del hombre todavía no ha terminado.

Sri Aurobindo “Pensamientos y aforismos” (p23)

Solo son verdad aquellos pensamientos cuyos contrarios son también verdad en su propio tiempo y lugar; los dogmas irrefutables constituyen el tipo de falsedad más peligroso.

Sri Aurobindo “Pensamientos y aforismos” (p18)

Lo que deseaba, o pensaba que era lo correcto, no sucede; está claro, por consiguiente, que no existe un Ser supremamente sabio gobernando el mundo, sino, simplemente, un ciego Azar y una brutal Casualidad.

Sri Aurobindo “Pensamientos y aforismos” (p17)