Libro 3. Canto 4. Seccion 2
“…oh Bienaventuranza que por siempre moras profundamente escondida en el interior
mientras los hombres te buscan en lo exterior y nunca te encuentran,
Misterio y Musa de lengua sagrada,
encarna la blanca pasión de tu fuerza,
envía a la tierra alguna forma viviente de ti.
Colma un momento con tu eternidad,
permite que el infinito viva en un cuerpo,
que el Todo Sabiduría envuelva una mente en mares de luz,
que el Todo Amor lata singular en un humano corazón…”