“…Pues todo es una inevitable cadena

que sin embargo semeja una serie de accidentes

viejos pensamientos, anhelos viejos, pasiones muertas viven de nuevo,

recurren en sueño o impulsan al hombre de vigilia

a palabras que fuerzan la barrera de sus labios,

a actos que repentinamente aparecen y franquean

la razón de su cabeza y la guardia de su voluntad…”