“De esos tres Poderes el último era el mayor

llegó la Razón, la achaparrada divinidad artesana,

a su angosta casa sobre una cresta del Tiempo.

Versada en la invención y en el diseño,

faz pensativa cejijunta de ojos penetrantes,

tomó su firme e inamovible asiento,

la más fuerte, la más sabia de las Tres troles.

y tomaba la tierra y las estrellas en sus manos

para comprobar que podía hacer con esas extrañas cosas…”