Libro 2. Canto 11. Seccion 3
“Este era el juego de los brillantes dioses del Pensamiento.
Atrayendo al tiempo la luz atemporal,
aprisionando la eternidad en las horas,
esto es lo que han planeado, enredar los pies de la Verdad
en una dorada red de concepto y frase
y mantenerla cautiva para regocijo del pensador
en su pequeño mundo forjado de sueños inmortales:
allí debe permanecer enmurada en la mente humana,
emperadora apresada en casa de su súbdito…”