Libro 2. Canto 3. Sección 1
“…Según veía una mente interior, así estaba configurada la vida:
pasaba de pensamiento en pensamiento, de fase en fase,
torturada por sus propios poderes o ufana y dichosa,
ahora dueña de sí misma, ahora juguete y esclava.
Una inmensa inconsecuencia era la ley de su acción
como si toda posibilidad debiera ser agotada,
y la angustia y el gozo fueran juegos del corazón…”