“Entonces repentinamente se produjo una mirada descendente

Como un mar que explora sus propias profundidades,

una viva Unidad se ensanchó en su corazón

haciéndolo uno con innúmeras multitudes

Entonces desde el trance de este tremendo abrazo

y desde los latidos de este único Corazón

y desde la pura victoria del Espíritu

surgió una nueva y maravillosa creación…”