Libro 3. Canto 3. Seccion 3
“Entonces repentinamente se produjo una mirada descendente
Como un mar que explora sus propias profundidades,
una viva Unidad se ensanchó en su corazón
haciéndolo uno con innúmeras multitudes
…
Entonces desde el trance de este tremendo abrazo
y desde los latidos de este único Corazón
y desde la pura victoria del Espíritu
surgió una nueva y maravillosa creación…”