Libro 4. Canto 4. Seccion 1
“Los caminos del mundo se abrían ante Savitri.
…
Mas conforme se desplazaba a través de la cambiante tierra
una consciencia más profunda brotaba en ella:
ciudadana de numerosos escenarios y climas,
de cada suelo y de cada país había hecho su hogar,
…
Aldehuela y ciudad contemplaban el predestinado carruaje,
hogares de vidas inclinadas sobre el suelo que aran
para sustento de sus breves y pasajeros días…
…
Dejando atrás las agobiadas horas de esta criatura pensante
se dirigía ahora a libres y despreocupados espacios
todavía no perturbados por humanas alegrías y temores.
…
Aquí se conservaba la infancia de la primitiva tierra,
aquí atemporales meditaciones extensas y gozosas y calladas
que el hombre se había abstenido hasta ahora de llenar de preocupaciones…”