“…Mas todo este conocimiento era el de un sol prestado;

las formas que traía no eran nativas del cielo:

una voz interior podía pronunciar la Palabra de lo irreal;

su potencia peligrosa y absoluta

podía mezclar el veneno con el vino de Dios.

En estos elevados lomos brillantes la falsedad podía montar;

la verdad se abandonaba a la delicia en los apasionados brazos del error

deslizándose corriente abajo en una alegre gabarra dorada:

ribeteaba su rayo con una magnífica mentira.

Aquí en los reinos inferiores de la vida se juntan todos los contrarios…”