“…Disfrazado el Amante busca y atrae nuestras almas.

Poniéndose un nombre para mí se transformó en Satyavan.

Pues nosotros fuimos hombre y mujer desde el principio,

almas gemelas nacidas de un fuego inmortal.

¿No habrá de amanecer él para mí en otras estrellas?

¡Cómo a través de los matorrales del mundo

me perseguía cual león en la noche

y llegaba sobre mí repentinamente en los caminos

y me alcanzaba con su glorioso salto dorado!…”