“…¿Pero cómo buscaré reposo en la paz eterna

yo que albergo la impetuosa fuerza de la poderosa Madre,

su visión dirigida a descifrar el enigmático mundo

su voluntad templada en la llama del sol de la Sabiduría

y el flamígero silencio de su corazón de amor?

El mundo es una paradoja espiritual

inventada por una necesidad en lo Invisible,

una pobre traducción al sentido de la criatura

de Eso que por siempre excede idea y discurso,

un símbolo de aquello que jamás puede ser simbolizado,

un lenguaje mal pronunciado, mal deletreado, y sin embargo cierto…”