Libro 10. Canto 4. Seccion 3i
“…Mas Savitri replicó al inmenso dios:
“¿Cuál es la calma de la que alardeas, oh Ley, oh Muerte?
¿No es la pisada inerte de visión embotada
de energías monstruosas encadenadas a una rígida ronda
sin alma y con ojos de piedra de sueños mecánicos?
Vana es la esperanza del alma si la inmutable Ley lo es todo:
siempre hacia lo nuevo y desconocido empujan
los veloces eones que justifican a Dios.
¿Qué fueran las edades de la tierra si el gris freno
no hubiera nunca sido roto y las glorias no surgidas
estallando su oscura semilla, mientras la lenta vida del hombre
saltaba presurosa a repentinas sendas espléndidas
por divinas palabras y humanos dioses reveladas?