Libro 2. Canto 4. Secciones 2 y 3
“…La Vida era aquí íntima con la Muerte y con la Noche
y comía el alimento de la Muerte para poder sobrevivir un poco;
era su inquilina y desvalida adoptada.
…
En sombríos confines en los que Vida y Materia se encuentran
deambulaba él entre cosas medio distinguidas, medio barruntadas
perseguido por comienzos nunca asidos y por fines perdidos…”