Libro 2. Canto 7. Seccion 5
“…Ostentar poder, ser el amo, era la única virtud y bien:
reclamaba el mundo entero como salón de estar del Mal,
que su siniestro partido totalitario reinara
el cruel destino de las cosas que alientan.
…
En calle y en casa, en consejos y en tribunales
encontraba a seres que parecían como hombres vivos
y que se elevaban con su palabra sobre altas alas del pensamiento
pero que acogían todo lo que es infrahumano, vil…”