“…Allí yace esperando su hora el futuro desconocido,

allí está el registro de las estrellas desvanecidas.

Allí, en el sueño profundo de la Voluntad cósmica

vio la llave secreta del cambio de la Naturaleza.

Una luz permanecía junto a el, una mano invisible

se posaba sobre el error y el dolor

hasta transformarlos en un trémulo éxtasis,

la dulce sacudida de un abrazo…”