“A su alrededor lucía el resplandor de un gran Día radiante

Seguro del gozo para el que todas las formas fueron creadas,

no afectado por el miedo ni por el dolor ni por los golpes del Destino

ni alarmado por el soplo del Tiempo fugaz

ni sitiado por la circunstancia adversa,

respiraba en una dulce, segura, desprotegida facilidad

libre de la fragilidad de nuestro cuerpo que invita la muerte,

alejado de nuestra peligrosa zona de vacilante Voluntad…”