Libro 4. Canto 1. Seccion 2
“…Aunque nuestras caídas mentes olviden elevarse,
aunque nuestra humana sustancia se resista o se quiebre,
ella mantiene su voluntad que espera divinizar la arcilla;
el fracaso no la puede contener, la derrota derrocar;
el tiempo no la puede doblegar, ni el Vacío someter;
las edades no han disminuido su pasión;
no admite la victoria de Muerte o Destino.
Por siempre conduce al alma hacia un nuevo intento;
por siempre su mágica infinidad
fuerza a aspirar a los toscos elementos inertes…”