“…Llegados a este rústicamente forjado caserío entregaron,

sin seguir cuestionando lo singular de su destino,

el motivo de su orgullo, su bien amada, al noble ciego rey,

regio pilar de caída grandeza

y a la majestuosa mujer antaño reina, ajada por las preocupaciones

impotentes contra la elección del corazón de Savitri

la libraron a su embeleso y a su sino

en el silvestre cuidado de la formidable selva…”