“…Cuando todo había sido dado, ella demandaba todavía;

aun insatisfecha de su fuerte abrazo,

ansiaba gritar, “Oh tierno Satyavan,

oh amor de mi alma, da más, da más

amor mientras todavía puedas, a la que tu amas.

Estampa en ti para que cada nervio guarde

el estremecido mensaje de mi corazón.

Pues pronto nos separaremos y quien sabe por cuanto tiempo

antes de que la gran rueda en su monstruoso girar

nos devuelva el uno al otro y nuestro amor”…”