Libro 7. Canto 4. Seccion 3
“…Así lentamente elevo el alma del hombre más cerca de la Luz.
Pero la mente humana se aferra a su ignorancia
y a su pequeñez el humano corazón
y a su derecho a la aflicción la vida terrena.
Solo cuando la Eternidad tome al Tiempo de la mano,
solo cuando el infinito maride al pensamiento finito,
podrá el hombre ser libre de sí mismo y vivir con Dios.
…
Yo salvaré la tierra, si la tierra consiente en ser salvada…”