Libro 9. Canto 1. Seccion 1
“…En la vasta inmovilidad silenciosa de su espíritu
no medía su pérdida con desvalidos pensamientos,
ni desgarraba con lágrimas los marmóreos sellos del dolor:
todavía no se levantó para enfrentar al terrible dios.
…
Luego súbitamente le aconteció la transformación
que en tremendos momentos de nuestras vidas
puede en ocasiones sobrevenir al alma humana
y aproximarla a su luminoso origen…”