“…y hasta sus oídos, acallando los sonidos de la tierra,

llegó una triste y formidable voz

que parecía la adversidad total del mundo. ”Suelta”, gritó,

“tu apasionada influencia y afloja, oh esclava

de la Naturaleza, mudable instrumento de la inmutable Ley,

tu primario abrazo; llora y olvida.

Entierra tu pasión en su viviente tumba.

Deja ahora el abandonado ropaje del una vez amado espíritu:

regresa solitaria a tu vana vida sobre la tierra”…”